Laura Sanz

 La irrelevancia de llamarse Poncho

Autopublicado en 2020

Ebook

páginas

Romance Actual

Sex bomb

Así la guardaba en su móvil. Y es que Estela era una bomba de relojería y Poncho se derretía cada vez que la tenía cerca, por muy diferentes que fueran. Él, que era un codiciado soltero, nunca había sentido verdadero interés por ninguna mujer hasta que ella apareció en su vida. Solo que... Estela no parecía muy impresionada ni por su posición social ni por su dinero, más bien todo lo contrario. Darle esquinazo, aparentemente, se había convertido en su pasatiempo favorito.

Pero él era muy persistente y no quería ser tan solo uno más para ella. Se había propuesto conquistarla...

Superpijo

Así le llamaba. Y con razón. De buena familia, con un piso en la mejor zona de Madrid, un cochazo impresionante y Director General de una gran compañía, Poncho Álvarez era exactamente eso... un pijo arrogante y pagado de sí mismo que coleccionaba mujeres. De los tipos así huía ella como de la peste. No obstante, admitía que físicamente no estaba nada mal. A lo mejor, debajo de aquellos trajes escandalosamente caros y ese nombre horroroso, había un hombre de verdad con el que poder divertirse un rato, ¿no?

Estela estaba decidida a que él aterrizase en su cama. Se había propuesto probarle y luego desecharle...

Después de abandonar dos libros el mes pasado, empecé a agobiarme bastante, y necesitaba una lectura que me sacara una sonrisa, así que fui a lo seguro porque Laura Sanz y sus novelas siempre consiguen animarme.

Lo que menos espera Poncho cuando acude  a una fiesta, es encontrarse a la loca que unos días atrás le saco los colores en un centro comercial, y menos aun que sea aquella niña pesada que le estuvo dando la tabarra todo un verano cuando el tenía 18 años y ella 12.

Estela es todo lo contrario a su familia y a los de la clase social de su padre. No le gusta rodearse de esa gente, esta tatuada, viste provocativamente, y sobre todo no quiere depender de nadie. Ha asistido a la fiesta porque necesitaba la ayuda de sus padres, y no le ha quedado otra opción. 

Cuando se encuentra con el superpijo de Poncho después del encontronazo anterior, no sabe que esperar. Y se sorprende cuando entre ellos surge una bonita amistad.

Pero Poncho quiere algo más, y cuanto más la conoce más atraído se siente por ella... pero no la quiere asustar.

¿Cómo les ira al superpijo y a la sexbomb?

Aunque este libro es autoconclusivo, el protagonista Poncho es el hermano de Eli, la mujer de Cas Landvick (saga Hermanos Landvick). Tenía muchas ganas de saber mas cosas de el porque me dejo muy intrigada en esa saga, así que cuando Laura Sanz publicó el libro sabía que iba a leerlo.

Poncho es de familia de clase alta y siempre le ha gustado tener lo mejor... un piso estupendo en medio de Madrid, un coche de alta gama, ropa de marca.. nunca ha tenido problemas de dinero y aunque su madre le tenga bastante agobiado, es algo que puede soportar. Yo odio los pijos, pero a mi Poncho me gustó desde le primer momento que apareció en La historia de Cas. Me encanta su forma de ser, su sentido del humor, y sobre todo lo tenaz que es.

Estela también es de familia de clase alta, pero a ella le agobian las normas sociales, lo snob que son casi todos, y sobre todo aparentar. Ahora ha vuelto a España sin dinero, incluso sin ropa, pero no se va a vender por el dinero de sus padres. Me gusta que se enfrente a lo que no le gusta, que quiera ser independiente y que no deje que su familia se meta en sus cosas. He comprendido perfectamente el porque no quiere tener una relación con Poncho, porque sabe muy bien lo que conlleva. Y sobre todo Estela me ha gustado porque es diferente, es divertida y positiva... vamos, que es genial

La trama va girando en torno a ellos... he disfrutado viendo como Poncho la iba conquistando poco a poco, porque él sabe muy bien lo que quiere. Sus tiras y aflojas, sus bromas, todo ha sido divertido y bonito. Me ha hervido bastante la sangre en una cenita a la que asisten, pero por lo general el libro no tiene unos sobresaltos exagerados. 

La parte final me ha gustado, sobre todo porque es sencillo. El epílogo me ha parecido perfecto, porque Los hermanos Landvick me dejaron con una sensación un poco agridulce, pero este libro cierra perfectamente la saga y esta novela, dejándome con una sonrisa enorme.

En conclusión, La irrelevancia de llamarse Poncho ha sido una lectura muy amena que me enganchó desde el primer momento, con una historia preciosa que me hizo reír bastante, y que tiene un cierre perfecto. Solo me falta un libro de esta autora para habérmelos leídos todo,  y espero disfrutarlo en breve.