viernes, 4 de marzo de 2016

Robyn Carr


1. Un lugar para soñar


Se busca comadrona para trabajar en Virgin River, un pueblo de seiscientos habitantes. Un lugar diferente rodeado de bosques de secuoyas y ríos de aguas cristalinas. El puesto de trabajo incluye la vivienda gratuita.

Cuando Melinda Monroe leyó aquel anuncio al año de haber enviudado, decidió inmediatamente que Virgin River era el lugar perfecto para superar su dolor y retomar el trabajo de comadrona que tanto le gustaba.

Pero sus esperanzas se hicieron añicos en cuanto llegó allí: la cabaña estaba destrozada, las carreteras eran intransitables y el médico del pueblo no quería saber nada de ella. Comprendiendo que había cometido un terrible error, decidió marcharse a la mañana siguiente.

Pero una recién nacida abandonada en la consulta del médico le hizo cambiar de planes... Y un ex marine contribuyó a consolidar ese cambio.

Opinión
Libro facilito de leer, entretenido y que deja buen sabor de boca.

Jack me ha parecido un prota estupendo, aunque me hubiera gustado con un poco de carácter, se deja mangonear mucho por Mel.

Y Mel me gusta mucho, tiene sus demonios del pasado y quizás se me ha hecho pesado esto. Por lo demás me gusta.

Pero lo que más me ha llamado la atención han sido todos los personajes secundarios, de los que estoy loca por leer... seguro que en breve.




2. Un lugar para amar


 John Middleton, «Predicador» para los amigos, estaba a punto de cerrar el bar donde trabajaba cuando entró una joven con un niño de tres años intentando protegerse de una fría noche de octubre. Como cualquier marine, Predicador sabía reconocer una situación de crisis nada más verla, y aquella mujer estaba cubierta de moratones. Inmediatamente deseó protegerla,castigar a quien le hubiera hecho aquello, pero supo también desde el primer momento que aquella necesidad de protegerla iba acompañada de otro sentimiento.


3. La roca de los susurros

 Mike Valenzuela, ex marine condecorado y policía de Los Ángeles, había sido tiroteado estando de servicio y en Virgin River había encontrado no sólo un lugar en el que curar sus heridas, sino también la posibilidad de recuperar la esperanza. Cuando aceptó convertirse en el primer y único policía del pueblo, lo hizo siendo consciente de que había llegado el momento de sentar cabeza. Divorciado dos veces y con una lista interminable de amantes, anhelaba en secreto comprometerse con una mujer para siempre. Y descubrió que Brie Sheridan, una fiscal de Sacramento, era la mujer con la que quería compartir su vida.


4. Un nuevo día


Las Navidades anteriores, Marcie Sullivan se había despedido para siempre de su marido. Un año después, había ido a buscar al hombre que salvó la vida de Bobby y le concedió tres años más para amarlo. Hacía cuatro años, el marine Ian Buchanan arrastró el cuerpo malherido de su compañero Bobby hasta el hospital de campaña en Faluya. Luego, desapareció en cuanto su batallón volvió a su país. Marcie siguió el rastro de Ian hasta el pueblo de Virgin River, y se encontró con un hombre tan herido por dentro como Bobby lo estuvo por fuera. Sin embargo, a medida que Marcie iba conociéndolo, también iba descubriendo un alma dulce y atormentada detrás de una superficie huraña. Ian no sabía qué hacer con esa viuda joven y decidida que lo obligaba a mirar hacia un pasado doloroso y, lo que era peor, hacia un futuro incierto. Sin embargo, quizá fuera ya el momento de ahuyentar a los fantasmas y abrir el corazón.


5. Siempre fiel


 En cuestión de meses, Vanessa había enterrado a su marido y había dado a luz a su hijo; sintiendo cómo en un momento se le rompía el corazón y al siguiente se le llenaba de alegría. Pero el único hombre con el que querría compartir esa nueva ilusión por la vida se comportaba como si ella no existiera. Paul Haggerty vivía de acuerdo con el lema de los marines: «siempre fiel». Siempre fiel a su mejor amigo, había intentado consolar a su viuda lo mejor que había podido, teniendo en cuenta que llevaba años secretamente enamorado de ella. En aquel momento de su vida, justo cuando estaba a punto de hacer el primer movimiento en aquella dirección, ella le reclamaba algo que difícilmente él le podía negar...


6. Tentación en el viento


 A los veinticinco años, después de haber pasado cinco cuidando a su madre, había llegado el momento para que Shelby McIntyre supiera qué era la libertad y la aventura. El momento para viajar, estudiar y enamorarse. Sin embargo, cuando fue de visita a Virgin River, se topó con Luke Riordan, quien no era, ni mucho menos, lo que tenía pensado. Luke, un atractivo piloto de helicópteros de combate, había dejado el ejército después de veinte años y de que lo derribaran tres veces en cuatro guerras. Tenía treinta y ocho años y estaba muy curtido y cansado. Prefería las aventuras de una noche y eludía el compromiso. Teóricamente, eran lo menos indicado el uno para el otro. No obstante, algunas veces, lo que uno quiere y lo que uno necesita son dos cosas muy distintas


7. Paraíso soñado

El cabo de los marines Rick Sudder había vuelto de Irak antes de tiempo, su misión había acabado bruscamente en el campo de batalla. En lugar de un muchacho decidido y alegre, era un hombre para quien su futuro era tan desolador como la imagen que veía reflejada en el espejo. Sin embargo, ¿podía la pasión y la entrega de una joven que nunca había renunciado a él reparar su cuerpo maltrecho y su corazón hecho añicos?

Si bien los habitantes de Virgin River arroparon a Rick, un recién llegado puso a prueba el espíritu acogedor de ese pueblo de las montañas. Dan Brady tenía un pasado sombrío y estaba buscando un sitio donde empezar de nuevo. Le habría gustado que fuese Virgin River... si encontraba la manera de encajar. Sin embargo, nunca esperó encontrarse en los brazos de una mujer tan inadaptada como él.


8. Bajo el árbol de Navidad (ant)

  Cuando la gente de Virgin River descubrió una caja con una camada de cachorritos adorables bajo las ramas del abeto de Navidad del pueblo, llamaron al veterinario Nathaniel Jensen para pedirle ayuda. Sin embargo, era su incipiente romance con Annie McKenzie lo que realmente estaba llamando la atención de todos...


9. A este lado del paraíso




De lo único de lo que se hablaba en Virgin River era de que un desconocido había comprado la iglesia abandonada del pueblo. Al comprador, le pasaba lo mismo que al edificio: le hacía falta que lo cuidaran.

Noah Kincaid llegó a Virgin River listo para ponerse manos a la obra y dar vida a su flamante adquisición, pero para ello iba a necesitar ayuda.

Puso un anuncio en el periódico y se presentó una extraña candidata. Con su ropa de colores chillones y su peculiar pasado, Ellie Baldwin no parecía adecuada para el puesto. La bella y descarada Ellie necesitaba un trabajo respetable para recuperar la custodia de sus hijos. Su valor y su determinación fascinaron a Noah. Ella podía ser el soplo de aire fresco que tanto necesitaba.

Quizá procedieran de mundos distintos, pero tenían muchas más cosas en común de lo que cualquiera de los dos podía imaginar. Y en Virgin River la felicidad siempre era posible.


10.  Brisas de noviembre


Cuatro años atrás, Franci Duncan y Sean Riordan, compañeros en la Fuerza Aérea, rompieron su relación de pareja. Ella quería casarse y tener hijos. Él, no. Pero un encuentro casual les demostró que su amarga ruptura no había enfriado la pasión que ardía entre ellos.

Sean había sentado la cabeza: ya no era el arrogante piloto de caza de años atrás, y quería que lo intentaran de nuevo. A fin de cuentas, tenían un pasado común. Pero no era eso lo único compartían.

Franci había tenido un motivo secreto para abandonar a Sean cuando se había negado a comprometerse con ella: se llamaba Rosie y era una niña pelirroja de tres años y medio que había heredado los ojos verde esmeralda de su padre. Sean se llevó una sorpresa mayúscula y se puso furioso al descubrir el engaño de Franci.

Para que Franci y Sean volvieran a confiar el uno en el otro quizás hiciera falta un pequeño milagro.... y un amor de los que movían montañas.


11. Luna de verano




Erin Foley había conseguido dar una vida estable y feliz a sus hermanos pequeños y, a sus treinta y cinco años, estaba padeciendo el síndrome del nido vacío. Así pues, hizo un paréntesis en su vida y se marchó a reflexionar a una cabaña remota (pero totalmente reformada: a Erin le gustaban las comodidades), cerca de Virgin River. Quería dedicar el verano a conocerse a sí misma... y se encontró con un montañés barbudo y desarrapado.

Aunque no lo parecía por su aspecto descuidado, Aiden Riordan era médico. Acababa de abandonar el Ejército y había ido a pasar el verano a Virgin River. Enseguida le interesó aquella urbanita guapa y algo quisquillosa que había huido de la gran ciudad y que, enfrascada en sus meditaciones, procuraba mantenerlo a raya. Estaba deseando conocerla mejor si su aspecto desaliñado y la loca de su exmujer no se lo impedían. Quizá fuera el agua de las montañas lo que hacía que en Virgin River hasta los romances más improbables parecieran echar raíces... con un poco de ayuda de sus vecinos, claro.


12. Confesiones a medianoche (ant)


Era la fiesta de Nochevieja, y los habitantes de Virgin River la estaban celebrando en el bar de Jack. Sin embargo, había dos personas que no conseguían sumarse a la alegría de la noche. Sunny, que no podía apartar de su mente que un año antes la hubieran plantado ante el altar, y Drew, cuya novia había decidido no seguir adelante con el compromiso ¿No decidido no seguir adelante con el compromiso. ¿No habría alguna manera de que aquellos dos corazones solitarios se dieran cuenta de que esa noche podían empezar a cerrar sus heridas?


13. Nuevos comienzos

Según un viejo dicho, cuando una puerta se cierra, otra se abre, y eso es más cierto en Virgin River que en casi ningún otro lugar en el mundo

Después de pasar años en ranchos de la zona de Los Ángeles, Clay Tahoma estaba encantado de ser el nuevo asistente veterinario de Virgin River. La belleza salvaje de aquel aislado pueblecito resultaba cautivadora para un navajo como él, y todos le recibieron con los brazos abiertos... todos menos Lilly Yazhi.
Lilly ya había tratado con una buena cantidad de hombres fuertes, callados y tradicionales en su propia comunidad india, y no tenía ganas de aguantar a más. Estaba convencida de que el primitivo y sexy atractivo de Clay no era más que una estratagema para encandilar a ricachonas como su exmujer. Era innegable que se trataba de un hombre con muy buena mano para los caballos, pero no estaba dispuesta a permitir que la controlara. Solo había un problemilla: no podía evitar sentirse atraída por él.
Pero en Virgin River, tanto la fe en un nuevo comienzo como el poder del amor lograban que se abrieran puertas por todas partes...


14. De repente, un verano


A veces, el amor echa raíces en lugares inesperados... si se le deja crecer.

Colin Riordan llegó a Virgin River para recuperarse de un espantoso accidente de helicóptero que le había dejado cicatrices por dentro y por fuera. Su familia era un apoyo maravilloso, pero era en la pintura donde hallaba verdadero consuelo para su alma atormentada.
Herida en lo profesional y en lo personal por una desastrosa aventura amorosa, la publicista Jillian Matlock había alquilado una vieja casona victoriana en Virgin River. La casa tenía un huerto prometedor y Jillian quería dedicarse a cosechar algo que no fueran simples beneficios.
Los dos buscaban simplificar sus vidas, no complicarlas, pero cuando Jillian encontró a Colin pintando en su jardín entre ellos surgió una atracción inmediata. Y, en Virgin River, a veces el amor era el camino más fácil de tomar...


15. Luz de luna




Kelly Matlock era una sous‐chef al alza, pero el inesperado desmayo que sufrió en su lugar de trabajo fue para ella una llamada de atención. Desilusionada y quemada, decidió retirarse durante un tiempo a casa de su hermana Jillian en Virgin River para descansar y poner las cosas en perspectiva.

Estaba bien entretenerse en el jardín de Jill y cocinar variedades autóctonas de hortalizas, pero no podía haber un lugar más distinto a San Francisco que Virgin River, hasta tal punto que Kelly estaba empezando a encontrarse casi demasiado relajada… Entonces, conoció a Lief Holbrook. Aquel viudo tan guapo parecía más un leñador que un sofisticado guionista, pero sin duda la combinación de ambas cosas resultaba irresistible, al menos para ella. Lo que ya no lo era tanto era su hija, Courtney, precisamente la razón por la que habían dejado Los Ángeles, aunque ni siquiera en un lugar como Virgin River la adolescente era capaz de mantenerse alejada de los problemas.

Kelly nunca se había enamorado de un hombre con semejante carga a la espalda, pero había cosas por las que merecía la pena luchar. Además, una adolescente malcriada no podía ser mucho peor que un chef histriónico... ¿no?


16. Luces de invierno


Ese año, Becca Timm sabía cuál iba a ser el número uno de su lista de deseos navideños: olvidar a Denny Cutler. Tres años antes, Denny le había roto el corazón antes de partir hacia la guerra. Era hora de que Becca superara su insensata relación juvenil y siguiera adelante. Por eso tomó las riendas de la situación y se marchó a Virgin River, el rústico pueblecito de montaña donde Denny tenía su hogar, e irrumpió por sorpresa en el fin de semana de caza solo para hombres que había planeado su hermano.
Un accidente, sin embargo, convirtió su visita impulsiva en una larga estancia y Becca se descubrió de pronto varada en Virgin River. Con Denny muy, muy cerca. Mientras el hechizo de la Navidad iba envolviendo el pueblo, Becca descubrió que el chico al que había amado una vez se había convertido en un hombre fuerte y seguro de sí mismo. Y en el regalo de Navidad más delicioso que cupiera imaginar.


17. Un lugar escondido




A veces, el amor se esconde a plena vista.
Tras convertirse en testigo involuntario de un crimen violento, Conner Danson se vio obligado a abandonar Sacramento y ocultarse hasta que concluyera el juicio. Fue así como, resentido y con el corazón destrozado, llegó al pueblecito de montaña de Virgin River.
Leslie Petruso tampoco quería abandonar su pueblo natal, pero no podía soportar ni un momento más que su exmarido fuera contando a los cuatro vientos que su nueva esposa y su inminente paternidad eran lo mejor que le había pasado nunca. Virgin River tal vez no fuera su hogar, pero al menos allí nadie la conocía.
Ni Conner ni Leslie buscaban embarcarse en una nueva relación de pareja, hasta que se conocieron. No podían negar que tenían mucho en común. Entre otras cosas, un corazón roto. Y en Virgin River nadie podía escapar mucho tiempo al influjo de la vida y del amor.



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